Embarazada en las semanas 10
Longitud: 2.7 cmPeso: 5 g
Desarrollo del bebé
¡Yepa! ¡Se acabó el periodo embrionario! Ya no tengo cola y ahora me llaman «feto».
La mayoría de mis órganos ya se han desarrollado, pero necesitan crecer más para ser completamente funcionales. La cantidad de líquido amniótico ha aumentado, que me permite moverme libremente. Detectar mis movimientos todavía no es fácil para mamá, pero voy entrenando los músculos a tope mientras le doy pataditas dentro de la barriga. El líquido amniótico también ayuda a mantener una temperatura moderada y me protege de los choques y las sacudidas externas.
Mis células nerviosas están desarrollándose con mucha intensidad esta semana. Los ojos también se han empezado a desplazar desde el lateral de mi cabeza para ir colocándose lentamente donde tienen que ir. Mi estómago ya produce jugos gástricos y mis riñones, orina. Si soy un niño, he empezado a producir testosterona. Si soy una niña, millones de ovarios se crearán entre la semana 10 y la 11.
Desarrollo de la madre
La barriguita sigue creciendo y puede que ya se te empiece a notar. No todo el mundo se va a dar cuenta, pero tú sí que notarás los cambios en tu cuerpo.
Ahora el útero tiene el tamaño de una naranja y sobresale desde la parte inferior del abdomen. Si no notas ninguno de esos cambios, no hay nada de lo que preocuparse. Cada mujer lleva el embarazo de forma diferente. Las diferencias en cómo te crece la barriga pueden depender de si este es tu primer embarazo o no. Si ya has estado embarazada, hay una enorme posibilidad de que se te empiece a notar antes; pero, de nuevo, cada mujer es diferente y para estas cosas no hay ni «bien» ni «mal».
Los vasos sanguíneos de la piel son ahora mucho más visibles, y las venas de los brazos empiezan a marcarse con mayor frecuencia. Esto se debe al volumen de sangre adicional, que se incrementa hasta en un 40 % durante el embarazo. ¿Por qué? Para proporcionarle a tu bebé toda la nutrición que necesita.
Co-padre
¡Pronto será el momento de visitar a la partera!
Es bueno que estés presente en la consulta porque tú también eres una parte importante de este viaje. Antes de la cita procura charlar con tu pareja, anotad las preguntas que tengáis y aseguraos de hacerlas; al fin y al cabo os estáis reuniendo con una experta. También es bueno que, en la medida de lo posible, acudas a las revisiones rutinarias, a las ecografías, a los análisis de sangre… y que hagas muchas preguntas. Sí, participa en cada pequeña (gran) cosa y en cada visita. Así podréis pasar por todas las etapas del embarazo juntos. Es fácil sentirse un poco olvidado (y apestoso), pero ¡ten presente todo lo que pronto vais a vivir juntos!
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