Asistencia al parto al alcance de tu mano: Explorando los beneficios del despegamiento de membranas durante el embarazo
Prepararse para el parto es un aspecto crucial de la etapa final del embarazo. Un método que puede ayudar a iniciar el parto se conoce como despegamiento de membranas. Es un procedimiento en el que la matrona o el médico separa suavemente las membranas del cuello uterino utilizando dos dedos y realizando un movimiento circular. El propósito es estimular la producción de la hormona prostaglandina, que puede ablandar el cuello uterino y desencadenar el parto.
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Verificada por Jenny Jansson
partera licenciada
¿Cómo funciona el despegamiento de membranas?
Someterse a un despegamiento de membranas es relativamente sencillo. Recibirás información sobre el procedimiento y tendrás la oportunidad de hacer preguntas antes de que se realice. Se te pedirá que te acuestes en una camilla de exploración y coloques los pies en los estribos. La matrona o el médico se pondrán guantes estériles e insertarán suavemente un dedo en la vagina para llegar al cuello uterino. Realizando movimientos circulares, las membranas se separan del cuello uterino.
¿Cómo podrías sentirte después de un despegamiento de membranas?
Después de un despegamiento de membranas, podrías experimentar algunas molestias o dolor leve. No es raro sentirse cansada o tener una sensación de presión en la pelvis. También puede ocurrir un sangrado ligero o manchado. Algunas embarazadas incluso podrían experimentar contracciones. Si experimentas dolor intenso, sangrado abundante u otros síntomas preocupantes, debes ponerte en contacto inmediatamente con tu matrona o médico.
Cuándo no realizar un despegamiento de membranas
Es importante tener en cuenta que el despegamiento de membranas no es adecuado para todas las mujeres embarazadas. Hay ciertas situaciones en las que no se recomienda:
- Si la placenta es de inserción baja y cubre parte o la totalidad del cuello uterino, el despegamiento de membranas puede ser arriesgado debido a posibles hemorragias y complicaciones.
- Si tienes una infección en curso en la vagina o el cuello uterino, ya que puede propagarse o empeorar la infección.
- Si el feto no está en la posición correcta para el parto, como estar en posición de nalgas o transversa.
- Si hay sospechas de anomalías fetales.
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