¡Mima a tu pareja y demuéstrale cuánto la aprecias con un regalo posparto!

Sorprender a tu pareja con un regalo posparto es una forma preciosa de celebrar y reconocer el increíble esfuerzo que ha hecho.

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¡Mima a tu pareja y demuéstrale cuánto la aprecias con un regalo posparto! Foto: Preggers

Naturalmente, no tienes por qué gastarte un dinero que no tienes. Hay otras cosas que valen tanto como los diamantes y las joyas. ¿Qué te parecería que llegara a casa y se encontrara con un ramo de flores y la nevera bien llena? ¿O, por qué no, con un pijama nuevo, un albornoz o unas cómodas zapatillas de andar por casa? Se pueden sugerir muchas cosas, pero, si conoces bien a tu pareja, tú eres quien sabrá lo que más ilusión le va a hacer.

Sin embargo, en los Estados Unidos no vale cualquier cosa…

En Hollywood, las estrellas exhiben diamante tras diamante cuando acaban de dar a luz: tener un bebé equivale a recibir una ducha de diamantes. Y las famosas compiten entre ellas para superarse unas a otras con cualquier cosa, desde cruces engastadas con diamantes hasta anillos valorados en más de 250 000 €. Esto no es lo normal por aquí, que digamos: un tiempo atrás, la madre tenía que conformarse con un plato de gachas al lado de la cama. Por suerte, hay cosas que han mejorado desde entonces.

La idea de que la pareja tiene que regalarle a la mujer, después de que esta haya tenido un/a bebé, oro y piedras preciosas como regalo de «gracias por lo bien que lo has hecho» es lo que podríamos llamar una «tradición viejoven». En Suecia, hay registros antiguos donde se pueden encontrar datos que muestran que la mujer no recibía nada por el mero hecho de dar a luz a una hija. Sin embargo, si lo que tenía era un hijo varón podría haber recibido «un precioso anillo de oro con una piedra».

Existen tradiciones similares alrededor de todo el mundo: las joyas como regalo son comunes en la India. En los Estados Unidos, los «regalo posparto» han ido ganando popularidad en los últimos años, y ahora han vuelto de nuevo después de haber estado «en hibernación» durante unas cuantas décadas.

Hay quienes piensan que los «regalos posparto» son algo completamente innecesario, materialista y un poco ridículo: ¡los involucrados en tener un/a bebé sois dos, y un/a hijo/a ya es un regalo en sí mismo/a! Otros ven el regalo como una señal de afecto, algo que la nueva mamá se merece, y mucho, después de nueve meses de embarazo y, para colmo, un parto.

No hay nada «bueno» ni «malo». Que los futuros padres lo vean de forma diferente es solo cuestión de mala suerte. ¿Igual es algo de lo que tendríais que hablar antes de que venga el/la bebé? Más de una nueva mamá han derramado un par de lágrimas de «melancolía del bebé» porque se quedaron sin regalo posparto de su pareja, que no tenía ni idea de que ella estaba esperando uno…

En la antigua sociedad agrícola, la nueva mamá recibía un plato de gachas. Y era algo totalmente de mujeres. Los hombres no participaban en esta tradición: ni el padre del/de la bebé ni ningún otro. Las mujeres del vecindario le llevaban gachas a la que había dado a luz, especialmente durante el siglo XIX. Sin embargo, los tiempos cambian y, conforme más y más mujeres daban a luz en el hospital (y se tenían que quedar al menos una semana para recuperarse), la tradición de las gachas fue desapareciendo. Ya no hacía falta.

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