Síndrome de transfusión gemelo a gemelo: respuestas a las preguntas más frecuentes

¿Qué es el síndrome de transfusión gemelo a gemelo??

El síndrome de transfusión gemelo a gemelo (STGG) puede afectar a gemelos idénticos que comparten la misma placenta en el útero. Explicado brevemente, significa que el torrente sanguíneo de ambos fetos se encuentra interconectado y, que uno de ellos recibe la sangre del otro. Como resultado, uno recibe más sangre y el otro muy poca. Esta condición puede suceder en cualquier momento de la gestación, pero por lo general, ocurre entre las semanas 16 y 25 de embarazo.

¿Es peligroso el síndrome de transfusión gemelo a gemelo?

Sí, ambos fetos pueden enfermar gravemente o morir a causa del síndrome de transfusión gemelo a gemelo. El feto que reciba muy poca sangre puede sufrir de hipoxia, mientras que el otro de insuficiencia cardíaca; ambas afecciones representan un riesgo de daño cerebral. Los riesgos se reducen si la complicación es detectada a tiempo y si se trata de inmediato. Por lo tanto, si estás embarazada de gemelos que comparten la placenta, necesitarás acudir a revisiones con regularidad.

¿Es tratable el síndrome de transfusión gemelo a gemelo??

Sí, en algunos casos es posible detener el flujo sanguíneo entre los fetos cauterizando con láser las conexiones vasculares. El tratamiento se realiza mediante una operación laparoscópica y, por lo general, no implica ningún riesgo para la madre, pero tampoco garantiza que los fetos sobrevivan y nazcan sanos.

¿Qué tan común es el síndrome de transfusión gemelo a gemelo??

El síndrome de transfusión gemelo a gemelo es una complicación poco frecuente, que afecta aproximadamente al 10-15% de las madres con un embarazo doble. Cerca del 25-40% de todos los gemelos son gemelos idénticos y, de éstos, alrededor de dos tercios comparten la placenta.

¿Cómo detectar el síndrome de transfusión gemelo a gemelo??

El síndrome de transfusión gemelo a gemelo suele detectarse durante una ecografía, después de evaluar la cantidad de líquido amniótico, el crecimiento, la vejiga y la circulación de los bebés. El feto que recibe poca sangre, crecerá menos y, en algún momento, dejará de orinar, lo que se traduce en una menor cantidad de líquido amniótico. A su vez, el feto que recibe más sangre, orinará más y, por consiguiente, generará más fluido.