Tener un hermanito – deja que el mayor sea pequeño de vez en cuando

Un proceso gradual

El viaje hacia convertirse en hermano mayor comienza ya durante el embarazo. Preparar al niño con tiempo a través de conversaciones y haciendo que participe en lo que va a ocurrir puede ser útil. Habla sobre la llegada de un nuevo hermano y deja que el niño se sienta incluido en los preparativos. Cuando el bebé finalmente llegue, la transición será de todos modos muy grande, así que prepárate con mucha paciencia y amor para que tu hijo mayor pueda sentir y reaccionar a su manera, tanto de manera positiva como negativa.

Preparativos prácticos

Prepara lo práctico y cualquier nueva rutina con antelación y deja que el futuro hermano mayor ayude o tenga algo que decir al respecto. A algunos niños les gusta participar con las cosas del bebé, como el cambiador, la cuna o la habitación, mientras que otros prefieren que todo siga igual. Habla sobre lo que va a suceder y explica que el bebé al principio no podrá hacer mucho.

Cuando llegue el bebé

Como se sabe, un recién nacido consume mucho tiempo de los padres, lo que obviamente afecta al hermano mayor. Prepárate para que el mayor pueda sentirse un poco desplazado y, por lo tanto, necesite más cercanía por un tiempo. Puede parecer completamente desinteresado en el bebé, para luego querer abrazarlo y ayudar con su pequeño hermanito. Dependiendo de cómo reaccione tu hijo mayor y de la edad que tenga cuando llegue el hermano menor, deberás estar atento a las diferentes necesidades y reacciones que puedan surgir en distintos momentos.

Cuida un poco más al hermano mayor y no esperes demasiado al principio. Habla con él o ella sobre que los bebés pueden ser un poco difíciles a veces, para que el mayor sienta que estás de su lado. Si sois dos padres, turnaos para dar mucha atención al mayor. Cuando estés muy ocupado con el bebé, también puedes pedir ayuda a familiares y amigos para que el niño mayor no se sienta desplazado. Esto suele hacer maravillas para la futura relación fraternal.

Reconoce los sentimientos y deja que el mayor sea pequeño

Es común que los hermanos mayores, a veces hasta los seis años, reaccionen queriendo ser pequeños otra vez. De repente, tu hijo mayor puede comenzar a hablar como un bebé, querer ser alimentado con biberón o ser llevado en brazos. Es importante validar que esto está bien y que entiendes los sentimientos de tu hijo. Convertirse en hermano mayor puede hacer que el niño mayor necesite sentirse pequeño más de lo normal para sentirse seguro.

Intenta evitar otros grandes cambios durante este período, como dejar el chupete, empezar a dormir en su propia cama o algo similar. Puede ser demasiado al mismo tiempo para el hermano mayor y dificultar el éxito de esos cambios.

Manejar las quejas y la frustración

Algunos niños también reaccionan volviéndose más quejosos o revoltosos de lo habitual. Trata de consolar tanto como sea posible en lugar de enojarte. Los niños no se comportan mal porque quieran ser molestos; generalmente hay una explicación razonable que tiene que ver con que no saben cómo expresar de mejor manera lo que necesitan de ti. Puede ser que quieran más cercanía o que se sientan inseguros. Si tienes en cuenta lo que parece necesitar el hermano mayor, es probable que este período pase más rápido. Recuerda que es un gran cambio para el niño mayor, y puede llevar tiempo adaptarse a la nueva situación. Llénalo de amor y cercanía, y las cosas se resolverán con el tiempo.

Baja las expectativas

Tener y cuidar a varios hijos supone para la mayoría de las familias un período bastante largo de agotamiento. Baja las expectativas en general, tanto para ti mismo sobre lo que debería hacerse en casa, como para lo que el entorno debería soportar. Dedica tiempo y energía al hijo mayor. Intenta tener paciencia y permite que el mayor se adapte a su propio ritmo, sin presiones.

Si te sientes completamente agotado, es mejor no culpar al bebé frente al hermano mayor, ya que podría pensar que es culpa del bebé que mamá o papá no quieran o no puedan jugar o abrazarlo. Atiende un poco más al mayor antes de descansar o duerme una siesta juntos.

Alimentación y lactancia

La cercanía que implican los momentos de lactancia o alimentación puede hacer que el hermano mayor sienta celos del bebé. Asegúrate de “cargar” al niño mayor con un momento especial contigo antes de alimentar al bebé. De esa manera, el mayor sentirá que es prioridad y aceptará mejor que te dediques al bebé. A veces también es útil que el mayor coma mientras tú alimentas al pequeño, convirtiendo ese momento en una experiencia compartida.

Fomenta el amor fraternal

Cuando la familia crece, los desafíos y el desarrollo ocurren al mismo tiempo. Puede llevar tiempo para que el hermano mayor se acostumbre a la competencia, por muy adorable que sea el bebé… cuando no está llorando.

Cuantas menos exigencias le pongas al hermano mayor, más rápido probablemente podrán conectar los hermanos. La relación fraternal se profundiza poco a poco a través de vuestra convivencia, donde el juego, el cariño, las peleas y la capacidad de tener consideración contribuyen al desarrollo. Como padre o madre, creas seguridad para ambos (o todos) los hermanos al dar atención y cercanía a cada uno, mientras estableces límites claros cuando sea necesario.

Cada niño es único y reacciona de manera diferente, necesitando distintos niveles de apoyo según la edad. Cuanto más apoyo individual puedas dar a cada hijo, más probable será que el amor fraternal se desarrolle, tal como esperas.