¡Aquí tienes nueve razones por las que la relación puede atravesar una crisis durante el embarazo!

Para la madre:

Las hormonas
La hormona del embarazo, la progesterona, es a menudo la culpable del famoso mal humor de las mujeres embarazadas, lo que puede ser difícil para la relación. Se parece mucho al síndrome premenstrual (SPM), que también está causado por esta hormona. Al mismo tiempo, la progesterona permite que el útero reciba un óvulo fecundado y lo deje crecer, así que quizás haya que aceptar lo bueno con lo malo…

Los celos
Algunas mujeres pueden sentirse inseguras y celosas durante el embarazo, e incluso tener pesadillas en las que su pareja las abandona. Estos sentimientos son naturales y, a menudo, indican que se sienten especialmente vulnerables en esta etapa. Históricamente, ha sido crucial para nuestra supervivencia que la madre se asegure de tener un entorno seguro antes de la llegada del bebé. La preocupación y los celos son formas de lidiar con el miedo al abandono, pero si los celos controlan nuestro comportamiento, pueden complicar la relación.

Los malestares
Cuando alguien se siente mal o muy cansado, tiende a enfocarse en sí mismo y en sus necesidades. Esto puede ser agotador para la relación, pero aceptar tu propia vulnerabilidad aumenta las probabilidades de que tu cuerpo obtenga lo que necesita. El dolor también genera estrés, lo que afecta el ánimo, la energía y la paciencia, provocando que los conflictos surjan con mayor facilidad.

Para la pareja:

Las dudas
Es normal tener sentimientos encontrados sobre el embarazo y la llegada de un bebé. Por ejemplo, puedes preguntarte si esto es realmente lo que querías o incluso tener dudas sobre tu papel como padre o madre. Aunque estos pensamientos sean difíciles, lo mejor es hablar abiertamente sobre lo que se siente. Si no sabes cómo hacerlo, un terapeuta de pareja puede brindar apoyo.

La soledad
Durante el embarazo, toda la atención suele centrarse en la madre y en su vientre, lo que puede hacer que la pareja se sienta excluida o incluso celosa. Estas emociones pueden generar sentimientos de culpa y estrés, que afectan el estado de ánimo. No es raro que la pareja también experimente cambios de humor similares a los de la mujer embarazada.

El parto
No solo las mujeres sienten miedo al parto; para la pareja, estos sentimientos suelen ser más tabú. Es común que la pareja sienta una gran preocupación tanto por la madre como por el bebé, así como por cómo desempeñará su papel de apoyo durante el parto.

Para ambos:

La vida sexual
La vida sexual puede verse afectada por razones físicas y emocionales. Para muchas parejas, puede ser un desafío adaptarse a los cambios y hablar abiertamente sobre lo que no funciona. La frecuencia de las relaciones sexuales también puede cambiar, lo que genera un desequilibrio. Explorar otras formas de intimidad y seguir hablando sobre los deseos mutuos puede ayudar a mantener la conexión.

Las relaciones familiares
La llegada de un bebé despierta preguntas existenciales, como reflexionar sobre la propia infancia o la relación con los padres. Existe el miedo a repetir los errores de generaciones anteriores. Además, la forma en que los nuevos abuelos muestran su cariño puede convertirse en un tema de discusión en la pareja.

El cambio de estilo de vida
El contraste entre la vida antes y durante el embarazo puede ser más marcado para algunas parejas. Si la relación se basaba en cenas románticas, actividades al aire libre o viajes llenos de aventuras, el cambio puede sentirse aún mayor. El nuevo estilo de vida puede parecer aburrido al principio, pero también puede ser una oportunidad para descubrir nuevas facetas el uno del otro.