Hierro para el bebé

El hierro es uno de los nutrientes más importantes para un niño pequeño. El bebé nace con una cantidad de hierro suficiente para unos seis meses. Llegado ese momento, es hora de ingerir alimentos ricos en hierro para mantenerse seguro. ¡Pero eso no tiene por qué ser difícil! Te presentamos la información que hemos recopilado acerca del hierro, así como algunos consejos útiles.

Sara Ask

Tiempo de lectura: 5 m

Verificada por Sara Ask

Dietista licenciada

Hierro para el bebéFoto: freepik.com

El hierro es necesario para transportar el oxígeno por la sangre y para que el bebé crezca con normalidad. También es necesaria una pequeña cantidad para el desarrollo del cerebro. La ingesta diaria recomendada de hierro en bebés es de 8 miligramos al día. Es casi la misma cantidad que se recomienda para un adulto. Sin embargo, un bebé no puede ni debe comer tanto como un adulto, por eso es importante que los alimentos que ingiera sean ricos en hierro. Esto no quiere decir que tú, como padre o madre, tengas que dar por supuesta la ingesta de hierro del bebé. ¡Nada más lejos de la realidad! Lo importante es que sepas qué alimentos contienen hierro y que se los des al bebé. Un buen ejemplo son

laspapillas enriquecidas con hierro, tanto caseras como compradas en el supermercado.

Si quieres hacerlas tú, puedes añadir una cucharada de pan de palta desmenuzada, o añadir pipas de girasol.

También puedes hacer "barritas de papilla casera" para que el bebé pueda cogerlos con la mano: Mezcla ¾ dl de papilla en polvo con 0,5 dl de harina de avena y media cucharadita de levadura química. Añade 1 cucharada de aceite vegetal, 1 dl de puré de plátano u otras frutas y 1 huevo, y mézclalo todo. Forra una bandeja de horno con papel para hornear y extiende la mezcla formando un cuadrado de aproximadamente 1 cm de grosor. Hornea a 200 grados durante unos 15 minutos. Deja enfriar la mezcla y corta en bastoncitos lo suficientemente grandes para que el bebé los coja con la mano.

Morcilla

Dásela a trocitos o cortada en palitos, o triturada con un poco de leche tibia. La morcilla ya está cocinada, y por eso no necesita volver a cocinarse. Pero, si la fríes, asegúrate de que la capa superior no quede demasiado dura. Para el bebé puede resultar complicado tratar con una superficie dura y un interior cremoso a la vez.

Tofu (sólido)

No es necesario cocinarlo y puedes dárselo en trocitos o bastoncitos. También puedes hacer purés con, por ejemplo, aguacate. O hacer un sabroso estofado. El tofu absorbe muy bien el sabor.

Paté de hígado

Haz bocadillos especiales para bebé o dáselo a trocitos.

Salsa boloñesa con o sin carne

Mézclala finamente si el bebé tiene problemas con la textura.

Lentejas, guisantes y frijoles

Las lentejas rojas ya están peladas y van muy bien para ir entrenando el estómago. Puedes hervirlas y sazonarlas con especias suaves y un chorrito de aceite o leche de coco. Más adelante puedes ir introduciendo otros tipos de legumbres,como garbanzos o frijoles negros.

Salmón

Puedes cocinarlo u hornearlo.

Frutos secos y semillas

Puedes hacer con ellos una pasta similar a la mantequilla para que el bebé no se atragante. También puedes añadirlos a guisos y estofados.Para conseguir una base muy cremosa y nutritiva.

¿Y qué pasa con la leche materna?

La leche materna no contiene una gran cantidad de hierro, pero sí que aporta sustancias que hacen que cuerpo absorba el hierro más fácilmente. Esto significa que la leche materna también aporta hierro mientras el bebé está aprendiendo a comer otros alimentos. Los sucedáneos de la leche materna contienen más hierro que esta para compensar que el hierro no se absorbe con tanta facilidad.

Ni la leche de vaca ni otras bebidas vegetales contienen hierro.

Ni la leche de vaca ni las bebidas vegetales más conocidas contienen hierro, en principio, por lo que es bueno no dar grandes cantidades (por ejemplo en biberón) a niños menores de un año. Añadir un chorrito a la papilla o cuando vayas a calentar la morcilla no supone ningún problema. La leche contiene muchos otros nutrientes beneficiosos.

La fruta y las verduras son otro grano de arena para mejorar la ingesta de hierro.

Las frutas y verduras ricas en vitamina C hacen que el hierro presente en la comida vegetariana se absorba con más facilidad. Los cítricos, las chirivías, los pimientos, la coliflor y el brócoli proporcionan una buena dosis de vitamina C.

Suplementos: solo si son necesarios.

A algunos bebés les gusta tanto tomar el pecho o el biberón que no quieren probar otros alimentos. Si pasan los meses y no hay cambios al respecto, puedes pedir consejo a la matrona o al pediatra para controlar si hay motivo para medir el hierro del bebé con un análisis de sangre. En la mayoría de los casos, los resultados de los análisis confirman que todavía hay tiempo para ir despertando el interés del bebé por los alimentos ricos en hierro tranquilamente. Si los progresos con la comida todavía son lentos cuando el bebé llega a los 8 o 10 meses, añadir suplementos de hierro para evitar un déficit de hierro en el niño puede ser adecuado.

En todo caso, esa es una decisión que debe tomar el médico.

Y ahora tal vez te estés preguntando: "Si el hierro es tan importante, ¿no es más seguro darle suplementos de hierro a todos los bebés?" Lo que pasa con el hierro es que el cuerpo no puede expulsar el exceso de hierro si hay demasiada cantidad. Además, los patógenos proliferan con mucha facilidad en un intestino con mucho hierro y, por lo tanto, solo se administra hierro a quienes lo necesitan. Así que ir ajustando la cantidad es la mejor opción, y esto incluye también el hierro.

Sara Ask

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