La relación durante los primeros años: diez claves

Los primeros cinco años con niños pequeños suelen ser difíciles: esto es una realidad para las familias con niños pequeños. La relación sentimental sufre un desgaste considerable, lo que para muchas parejas puede acabar en separación o divorcio. Te presentamos diez claves para abrir las puertas de tu relación sentimental y mantenerlas abiertas hasta el final de esta exigente fase.

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La relación durante los primeros años: diez clavesFoto: Preggers

Cuando se está esperando un hijo, la mayoría de las personas piensa sobre todo en el parto y en todas las cosas que van a hacer falta cuando llegue el bebé. Pero, cuando finalmente llega el bebé, entendemos que la vida con un recién nacido constituye una etapa de la vida completamente nueva en todos los sentidos. Los años con niños pequeños (con su falta de sueño, su alteración y complicación de la vida cotidiana y, en general, su enorme cantidad de estrés) afecta también, por supuesto, a la relación sentimental. Tenemos menos tiempo para los demás y para nosotros mismos.

Según las estadísticas, hasta un 30 % del total de padres con niños pequeños se acaban separando. Una cifra demasiado elevada cuando pensamos que muchos casos se podrían haber evitado con más y mejor comunicación. Te presentamos algunos consejos que pueden mostraros a ti y a tu pareja las claves para hacer frente a los desafíos que se presenten y hacer que el amor sobreviva a las pruebas, por duras que sean.

1. Hablad entre vosotros

La nueva vida con niños pequeños puede resultar sorprendentemente difícil de gestionar. La primera clave es algo tan sencillo como hablar sobre lo que está pasando, cómo os hace sentir y cómo os afecta. Hablar es, hasta cierto punto, una cuestión de práctica que requiere diferentes tipos de esfuerzo en las distintas etapas. Lo ideal es que empecéis durante el embarazo y exterioricéis lo que sentís y tal vez lo que os preocupa. Formulad expectativas y discutid posibles escenarios y formas de gestionar potenciales conflictos. Explicaos mutuamente cómo os veis en vuestros roles como padres o madres, cómo fue vuestra propia crianza y cómo eso os puede afectar. Crear un espacio de conciencia común mediante conversaciones y organizar una estrategia puede ser un gran empuje para el desarrollo de la relación.

2. Sistematizad las conversaciones

La segunda clave es seguir hablando regularmente durante la primera infancia y la niñez de los hijos. Y no se trata solo de hablar de lo que es difícil: dadle una vuelta de tuerca a la situación e intentad enfrentaros en clave de humor a las diferentes situaciones. Vuestra relación ha entrado de lleno en una nueva fase de altibajos en la que los bajos no son peligrosos sino que, en realidad, constituyen una parte natural de la vida. Podéis fortalecer vuestro "nosotros" sistematizando o incluso programando esos momentos. Cread una pequeña burbuja en la que trabajéis en vuestro pacto y salgáis fortalecidos de cada conversación, aunque no siempre estéis de acuerdo. La misma actitud de sentir esas conversaciones como "algo vuestro" os dará las fuerzas necesarias para seguir adelante.

3. Apretadles las tuercas a las expectativas

La tercera clave es darle una vuelca de tuerca a las expectativas e identificar lo que es posible esperar y lo que no. Por tu pareja, por ti y por la propia relación. Cuando os sintáis frustrados, recordaros mutuamente que esta etapa no va a durar para siempre. Intentad, en la medida de lo posible, disfrutar de los buenos momentos y tomaros los malos "con un poco de azúcar". Con las expectativas adecuadas, todo resultará más sencillo.

4. Cuidad la relación

Ninguna relación funciona por sí sola: necesita mantenimiento, lubricante, escucha activa y voluntad propia de contribuir a dicha relación. La cuarta clave es ver tu relación sentimental como algo que necesitas cuidar activamente y proteger. Durante los primeros años de la crianza dispondréis de menos tiempo para vosotros como pareja, pero eso no tiene por qué ser negativo. Las pequeñas cosas que suceden en el día a día ahora pueden convertirse en pequeñas joyas que hagan que vuestra unión sea aún más fuerte. Piensa en lo que puedes hacer por tu pareja y haz un esfuerzo por escuchar sus necesidades. Si ambos trabajáis activamente en las pequeñas cosas que forman parte de la relación sentimental, es posible que esta sea mejor de lo que era antes de tener hijos.

5. Tomaos un respiro de vez en cuando y haced cosas que os hagan sentir bien

Id pensando desde el principio si hay alguien en el vecindario que estaría dispuesto a hacer de canguro y hablad con esa persona, preferiblemente ya durante el embarazo. Independientemente de cómo haya ido, vais a necesitar tiempo para vosotros. La quinta clave es que, siempre que sea posible, reservéis algo de tiempo para vosotros fuera del hogar para hacer cosas que os hagan sentir bien y, ¿por qué no? momentos románticos juntos. Esto os unirá todavía más y os dará ese respiro del caos en el que se ha convertido vuestro hogar que tanto necesitáis. En esos momentos, intentad hablar de cosas que no sean el bebé. Es posible que necesitéis planificar los temas de conversación para no entrar en bucle y quedar atrapados en la misma conversación. Da igual que este planteamiento no resulte muy espontáneo: lo importante es que encontréis un momento de respiro desde donde podáis volver juntos a la carga.

6. Haced lo que os toca hacer

La sexta clave es que cada uno asuma su parte de responsabilidad en lo que respecta a su estado de ánimo y que cada miembro de la pareja se ponga las pilas. Así te convertirás en un miembro de la pareja "mejor". Hablad entre vosotros y acordad momentos para hacer cosas por vuestra cuenta: hacer ejercicio, quedar con amigos, ir a un museo o, simplemente, dormir. Si disponéis de poco tiempo durante el día a día, podéis contratar un canguro. Cuidar de uno mismo es una inversión tanto en el ámbito de la paternidad como en el de la relación.

7. Pensad a largo plazo

Fijarse objetivos y fantasear con aventuras, viajes, noches de hotel o simplemente la próxima cena en un restaurante fortalece la relación. La séptima clave es que os atreváis a soñar y a pensar en cosas que queráis hacer juntos en el futuro. Durante los primeros años de la crianza, "el futuro" puede significar "la semana que viene" o "el mes que viene". Sin embargo, nada os impide pensar y hablar de todas las posibilidades que se pueden presentar a largo plazo, más adelante en la vida.

8. Apoyaos mutuamente

La octava clave es que evitéis distribuir las tareas del hogar y con el niño de forma desigual. Es fácil caer en la dinámica de que uno de los dos miembros de la pareja asuma más responsabilidad que el otro, convirtiéndose así en el "jefe" de la casa. Para evitar distanciarse por este motivo, asegúrate de invitar a la otra parte a participar en aquellas tareas y actividades en las que asumís más responsabilidad. Intentad repartir la paternidad entre las dos partes. Esto significa tanto tomar la iniciativa como dejarle espacio al otro miembro de la pareja.

9. Priorizad y planificad

La vida con niños pequeños, especialmente si hay varios, requiere, para la mayoría de las personas, emplear una logística avanzada. La novena clave consiste en que encontréis un sistema de planificación y priorización con el que juntos intentéis crear un espacio que contenga algo más que rutinas. Una planificación adecuada minimiza el riesgo de caos y hace más fáciles los momentos de diversión como familia y como pareja. Dedicad momentos de forma regular para comprobar cómo os sentís realmente. Acuérdate de expresar lo que quieres y lo que necesitas: no puedes esperar que los demás lean lo que piensas o adivinen lo que necesitas si no dices nada.

10. Haced un esfuerzo por alcanzar el equilibrio y la aceptación

La décima y última clave es el famoso equilibrio. Aceptar como un hecho que la vida en este momento se ha convertido en algo desordenado, complejo, agotador y cualquier cosa que estéis sintiendo en esos momentos es una forma de encontrar la calma en medio del caos. Haced un esfuerzo extra para ser amable con el otro miembro de la pareja y ayudarle a soportar las diversas cargas. El equilibrio durante los años de la crianza consiste en distribuir de forma consciente y funcional el tiempo para la familia, los momentos personales y el tiempo para la relación. Si ambos miembros de la pareja se comunican durante el camino y aceptan que viene una temporada difícil para la relación, se podrá evitar más fácilmente caer en las trampas que ponen en peligro la estabilidad de dicha relación. Sed considerados el uno con el otro y continuad trabajando vuestro amor. El amor va evolucionando con el tiempo y las diferentes situaciones de la vida, pero es fuerte cuando le damos la oportunidad de crecer.

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